Trabajar como policía, bombero, emergencias sanitarias, servicios de seguridad, misiones militares, y en general en todos los servicios relacionados con las emergencias son considerados trabajos interesantes, arriesgados y bien vistos por la sociedad, generalmente. Pero estos trabajos también esconden una cruda realidad de la cual no llegamos a ser conscientes hasta que no comenzamos a trabajar y ver las cosas desde otra perspectiva mucho más cercana, me refiero a la estabilidad emocional, el poder hacer frente a los servicios con profesionalidad y sin verse afectado por las emociones, algo muy difícil por no decir que imposible de conseguir, pero que puede acarrear graves problemas de salud si no se llega a conseguir una cierta estabilidad emocional.
Una de las pruebas que se realizan para optar a plazas o habilitaciones relacionadas con los servicios de emergencias, policías, bomberos, sanitarios, militares, seguridad, etc.…son las pruebas psicotécnicas y de personalidad, algo que puede parecer a priori que solo vale para quitarse candidatos de en medio.
Pero realmente son pruebas más que necesarias para realizar este tipo de trabajos y no solo como fase previa para optar a un puesto de trabajo, sino que deben seguirse a lo largo de la carrera profesional dado el desgaste psicológico que muchas veces se produce.
Estos son solo algunos ejemplos de los muchos que se podrían exponer y que suponen una gran carga psicológica, no solo durante la actuación sino después, el estrés postraumático, que el personal de emergencias también llega a sufrir.
En España por desgracia se han sufrido numerosos atentados, desde los cometidos por la banda terrorista ETA, hasta los mas recientes por parte de los yihadistas y también grandes catástrofes como accidentes de trenes, terremotos o inclemencias meteorológicas.
A parte de estos el quehacer diario la acumulación de intervenciones estresantes por parte del personal de emergencias a veces centradas en los mismos periodos de servicio conllevan un deterioro psicológico incluso ante las personas más preparadas.
Quizás una de las causas de esta problemática, entre otras, haya que buscarla en la empatía, entendiéndola como la capacidad de percibir, compartir y comprender lo que otro ser puede sentir.
Antes.
Los policías ejercen su trabajo en un eje de difícil equilibrio, ya que deben proteger la vida y la integridad de las personas, pero también vienen obligados a usar armas, deben tratar correcta y esmeradamente a los miembros de la comunidad, pero además han de actuar con energía y decisión cuando las circunstancias lo requieran.
Para que la balanza logre su equilibrio, entre tantos condicionantes, se debe exigir una actividad de formación y perfeccionamiento permanentes a nivel general, por supuesto, pero con un énfasis especial, en una adecuada selección que garantice el equilibrio psicológico de la persona.
Algo que realmente puede ser complicado de prever ya que las circunstancias personales van cambiando con el tiempo, por lo que nos puede hacer mas sensibles a determinadas situaciones u actuaciones.
Después.
La prevención de riesgos laborales en los servicios de emergencia debe establecer protocolos de prevención en salud mental de forma anual y desde el primer momento del comienzo de la carrera profesional para realizar un seguimiento personal que detecte cuanto antes cualquier riesgo desestabilizante que puede producir efectos en la estabilidad psicológica del profesional y por ende en el trabajo que desarrolla.
Cualquiera que desee dedicarse profesionalmente o como voluntario a los servicios de emergencia debe en primer lugar meditar si será capaz de soportar determinadas situaciones de tensión, prepararse adecuadamente para ejercer su trabajo eficazmente y una vez trabajando como profesional cuidar nuestra salud mental con controles periódicos además de saber reconocer cuando podemos estar al límite.
Desde una tarea complicada dado que somos personas y no siempre somos capaces de ver los problemas propios.