Se trata de una banda de gitanos búlgaros, compuesta por 19 mujeres y 11 menores entre 14 y 17 años. Utilizaban a niñas cuyos padres los habían cedido a la banda, supuestamente por dinero.
El clan Cardarashi (carterista en el idioma búlgaro) era comandado por tres adultos cabecillas de la banda, quienes eran los encargados de cuidar a las niñas, sus tutores. Vivían en 9 pisos que habían usurpado a bancos en diferentes ciudades de Madrid.
La Guardia Civil de Tres Cantos fue la encargada de desarticular esta banda, catalogada como la principal organización criminal dedicada al robo por hurto en Madrid, incluso se podría decir de toda España.
Su especialidad era actuar en las fiestas patronales de la región durante el verano. Se demoraron cuatro meses en desarticular esta banda y la pista fue dada por 23 denuncias de hurtos al mismo tiempo, específicamente de móviles, y más sospechoso fue cuando al detener a 5 personas y entre ellas 4 jóvenes, nadie fuera a la toma de declaración a un menor de edad. Esto hizo sospechar a los agentes de que se trataba de algo mucho mayor y que había una estructura criminal atrás. Y así fue comprobado más tarde por los agentes encargados.
Se han constatado 187 hurtos, pero en los registros se han encontrado mil móviles, por lo que seguramente serían mucho más.
Toda la mercancía la enviaban a Bulgaria en camiones y allá los vendían en 70 euros. El dinero en efectivo lo enviaban escondido en el cuerpo de las mujeres, para que así llegara al cerebro del grupo.
Los delitos que se le imputan a esta banda son de organización criminal, blanqueo de capitales y hurto. El juez ha decretado como sentencia para los adultos del grupo, la prohibición de salir de España y firma semanal.
La forma de operar era la misma en todos los pueblos, llegaban en un vehículo al lugar y ahí dejaban a las niñas, quienes eran vigiladas por los hombres del grupo, se mezclaban en el tumulto de gente y cometían los robos. Robaban celulares, billeteras, bolsos e incluso relojes de oro. Estos productos se los entregaban a otra niña que los escondía en una bolsa en los arbustos. Muchas veces les robaban a los borrachos o drogados.
Se ha evitado que trajeran al país a otras 40 niñas para las fiestas de fin de año.
El modo de operar es similar al usado por las mafias de mendigos rumanos. Estas mafias compran niños para obligarlos a mendigar, incluso algunos son niños mutilados quienes causan lástima y así obtienen mejores limosnas.
Existen muchos grupos mafiosos que esclavizan a menores, la mayoría niñas, y las distribuyen en diferentes esquinas de Madrid para mendigar.
Esto perfectamente se podría decir que es un tipo de trata de seres humanos.
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