El jefe de la diplomacia británica afirmó que el disparo de los proyectiles, que cayeron cerca de la costa de Japón, viola múltiples resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU, en el que el Reino Unido ocupa la presidencia de turno en marzo.
Johnson condenó «con firmeza» en un comunicado los «últimos lanzamientos de misiles balísticos» de Corea del Norte y urgió al régimen de Pyongyang a «terminar con estas acciones provocadoras, que amenazan la paz y seguridad internacionales».

El ensayo norcoreano se produce días después de que Seúl y Washington iniciaron sus maniobras militares conjuntas anuales en territorio de Corea del Sur, que incluyen ejercicios aéreos, terrestres y navales y que Pyongyang ve como preparaciones para una eventual invasión de su territorio.
El país asiático «debe volver a iniciar las relaciones con la comunidad internacional» y «dar pasos creíbles y concretos que den prioridad al bienestar de sus propios ciudadanos, en lugar de avanzar en sus ilegales programas de misiles nucleares y balísticos», dijo el ministro de Exteriores del Reino Unido.
A mitad de febrero, tras otro lanzamiento de un misil de medio alcance, el Foreign Office británico convocó al embajador en Londres de Pyongyang, Choe Il, y le pidió que transmitiera al régimen norcoreano que el Reino Unido condena ese tipo de acciones «en los términos más enérgicos posibles».