El reglamento de seguridad privada actual data del año 1994, nada más y nada menos que veinticuatro años de trayectoria con algunas modificaciones, órdenes ministeriales necesarias para adaptarse a las nuevas necesidades que han ido surgiendo con el tiempo, así surgió el nuevo reglamento de seguridad privada.
Ahora nos encontramos con la creación de un nuevo reglamento de seguridad privada cuyo borrador ha sido dado a conocer para realizar las alegaciones que se creen oportunas.
Dada la vida del aún vigente reglamento, y suponiendo para el nuevo una vida por lo menos igual, nos situaríamos en el 2044, por lo que es importante que la nueva normativa sea consecuente con los tiempos en los que vivimos, que además del desarrollo de la ley de seguridad privada conlleve una verdadera regeneración del sector de la seguridad privada.
Después de veinticuatro años todavía seguimos con un reglamento de seguridad sucesor de la extinguida ley de seguridad privada del año 1992, es decir que hoy día comparte terreno con una ley nueva, del año 2014, y una serie de órdenes ministeriales surgidas según las necesidades del momento.
Y es que en tantos años da tiempo suficiente para que cambien muchas circunstancias de un sector, como es el caso, el de la seguridad privada, al igual que lo ha hecho en el ámbito policial.
Con la esperada llegada de este nuevo reglamento de seguridad privada muchas son las expectativas puestas en él, pero según una primera lectura del borrador publicado y por los comentarios que han ido surgiendo desde los diferentes ámbitos profesionales implicados en el sector, este nuevo reglamento que nos han presentado no supone un gran cambio de lo vista hasta ahora.
Mucha copia y pega es lo que parece ya que se trasladan textos del antiguo reglamento al nuevo, o en su caso de las ordenes ministeriales al nuevo reglamento de modo que todo quede reunido en un mismo texto, pero sin aportar nada nuevo.
En el ámbito formativo vuelta a los mismos módulos formativos previos y de especialización, creo que debería ser el momento de empezar hacer una verdadera profesión la de la seguridad privada, desde los niveles inferiores a los superiores, empezar a dar un reconocimiento oficial a través de una formacion profesional de seguridad privada por ejemplo , que suponga un verdadero atractivo para los jóvenes que estén interesados por este sector , y no como hoy día que muchos lo ven como un lugar de paso mientras terminan estudios o simplemente les sale algo mejor.
Otro ejemplo a tener en cuenta, el personal de seguridad privada, si bien muy restrictivo en el uso de armas de fuego, cuando prestan su servicio armados lo hacen con un arma totalmente obsoleta, algo que tampoco ha cambiado en el nuevo reglamento de seguridad privada, un arma que policías de todo el país hacen años que dejaron de utilizar , en un entorno de amenaza terrorista no es de entender que personal al cargo en muchas ocasiones de infraestructuras críticas vayan armados con armas que ni los propios delincuentes usan.
Por otro lado…
A favor, parece que se van teniendo en cuenta otros actores de la seguridad que hasta hace poco parecían que no tenían nada que ver con la seguridad , como los operadores de las centrales receptoras de alarmas y los propios técnicos instaladores de sistemas de seguridad que parece que , y sobre todo estos últimos, van apareciendo con determinados requisitos de formacion para su habilitación , algo inexistente hasta ahora a pesar de la trayectoria de la instalación de servicios de seguridad,
En la escala más superior los ingenieros que tampoco eran contemplados en la normativa de seguridad privada a pesar de ser requisito que los proyectos de grandes instalaciones estén realizados por ellos, y los directores de seguridad con especificaciones mas concretas de sus funciones a tenor de las nuevas necesidades en materia de seguridad
La seguridad informática, por otro lado, también comienza a hacerse notar, como un riesgo cada vez más potente y que puede poner en jaque el funcionamiento de cualquier compañía por muy grande que esta sea, por lo que el sector de la seguridad ha ido ampliando el porfolio de servicios que ofrecer, aunque el perfil del profesional en estos casos dista mucho del resto de profesionales que hasta ahora componía el sector de la seguridad privada.
Cierto es que, si el futuro del reglamento no sufre grandes cambios de lo visto en el borrador, seguiremos viendo nuevas normativas de inferior rango con el fin de modificar u ampliar determinadas cuestiones que no se hayan tenido en cuenta y no quizás por no existir ahora, sino por no haber realizado una verdadera regeneración del sector de la seguridad privada, quizás también visto esto desde alguien que ve que el sector avanza muy despacio ante una sociedad que lo hace a pasos agigantados.